Cuba, en términos geográficos, es un archipiélago. Sin embargo, en términos políticos y administrativos se proclama isla, de modo que esto le da soberanía sobre las aguas entre sus pequeñas islas, islotes y cayos y puede proteger así sus intereses de seguridad nacional. En el imaginario colectivo, ser una sola Isla siempre ha sido sinónimo de unidad y soberanía.